¿Que tal si hablamos acerca del origen del consumismo y el materialismo que tanto afectan a la sociedad de hoy en día? En un tema bastante interesante, ¿no crees?
Bueno, esta historia cuenta con dos grandes protagonistas: por un lado, tenemos a Sigmund Freud, y por otro, Edward Louis Bernays, su sobrino. A destacar también, el que fue presidente de los Estados Unidos en 1929 – Herbert Clark Hoover.
Sigmund Freud fue un psicoanalista que investigó acerca del funcionamiento de la mente humana. Sus investigaciones le permitieron conocer más sobre los motivos de ciertos comportamiento de las personas, así como la forma de adentrarse y conectar con sus emociones más profundas.
Freud llegó a afirmar que no le gustaba el ser humano, ya que al parecer, temía por la existencia de su lado oscuro.
Edward Louis Bernays dio paso al los conceptos de propaganda y relaciones públicas, haciendo uso de los descubimientos de su tio con el fin de controlar a las masas y conducirlas al consumo irracional.
Herbert Clark Hoover fue el primer presidente de los Estado Unidos en defender las ideas de Edward Bernays.
Su propósito era potenciar la economía del país incrementando la producción y las ventas, para lo cual, necesitaba fomentar el consumo.
El Siglo del yo –(The Century of the Self) en inglés-, es un documental que consta de 4 partes que nos mostrarán la realidad sobre el control de las masas, la mente irracional y sus peligros para la humanidad, la felicidad y el egoísmo del denominado: «Rebaño descarriado».
Edward Louis Bernays, inventor de la teoría de la propaganda y las relaciones públicas, fue el primero en tomar las ideas de su tío Freud para manipular a las masas.
Demostró a las grandes corporaciones de Estados Unidos, cómo podían hacer que la gente quisiera cosas que no necesitaba, vinculando los productos a los deseos inconscientes. A raíz de esto, surge una nueva idea política para hacerse también con el control de las masas.
Las personas tienen deseos egoístas, sin embargo, satisfaciendo esos deseos, son más felices.
Sigmund Freud, fue una de las figuras intelectuales del siglo XX. Sus ideas sobre cómo funcionaba la mente humana, han llegado a ser aceptadas por la sociedad, al igual que el psicoanálisis. Aunque a decir verdad, no fue así desde un principio.
La gente que tenía poder, no podía mostrar sus sentimientos más profundos, aunque se sintieran infelices, tenían una imagen pública que mantener y no podían vender a los demás, algo diferente de ellos mismos.
Sin embargo, Freud puso en cuestión esa forma de pensar, en la que para ganarse y mantener el respeto de los demás, era conveniente ocultar parte de la realidad de tu propio ser. Pero de no ser así, las consecuencias podrían ser catastróficas. Si tú mostrabas al mundo tu vacío interior, tu imperio se haría pedazos de algún modo u otro.
Freud, planteó un método al que denominó psicoanálisis con lo que podría investigar acerca de lo que hoy conocemos como mente subconsciente. Gracias a ello, descubrió ciertos impulsos ocultos que influyen en el comportamiento de las personas. Estos impulsos provienen del cerebro reptil, la parte irracional y más primitiva del ser humano, como es por ejemplo el instinto de supervivencia.
Intentar obtener beneficios económicos a partir de los impulsos irracionales, era algo más que evidente que acabaría por llevarse a la práctica. Lo que Edward sacó del trabajo de Freud, fue la idea de que el proceso de toma de decisiones en las personas, era bastante más complejo, y para comprenderlo, había que conectar con las emociones irracionales.
Po aquél entonces, todos se dedicaban a ofrecer más y más información a las personas sobre sus ideas, productos o servicios. No obstante, el hecho de dar información, no implicaba dar razones para que las personas se convirtieran en clientes.
Este experimento de Bernays, pasará a la historia por lo que llegó a significar para la sociedad, en especial, para las mujeres.
Consistió en persuadir a las mujeres para fumar. Algo que estaba mal visto en ellas, debido a la imposición de los hombres a que no podían fumar en público. En fin, cosas de la época…
Tras consultar a un analista, quien le explicó que los cigarrillos representaban la sexualidad masculina, le planteó la idea de encontrar algo con lo que conectar con deseos de la mujer y desafiar así al poder masculino.
Durante un importante desfile en la fiesta de Pascua en Nueva York, Edward Bernays, encargó a un grupo de mujeres jóvenes (modelos de una revista de moda y tendencias) que escondiesen unos cigarrillos, se unieran al desfile y los encendieran cuando tuvieran delante las cámaras y medios de prensa.
Para que esto sucediera, el propio Bernays, alertó a la prensa de que un grupo de mujeres iba a reivindicar la libertad de la mujer encendiendo lo que llamaban “Antorchas de Libertad”
Y así consiguió Edward Bernays, que los cigarrillos tuviesen un valor simbólico para las mujeres con el que satisfacer la necesidad y el deseo de sentirse libres y en igualdad con el hombre.
→ Sentirse libre o poderoso por el simple hecho de fumar, es algo totalmente IRRACIONAL.
Hoy más que nunca, que conocemos los riesgos para la salud que conlleva fumar, muchos nos reiríamos de lo jodidamente absurda que es esta idea, criticando incluso a ciertas personas por consumir tabaco bajo argumentos ilógicos.
→ Vender es una ciencia desde hace décadas, y esta consiste en vender la idea de que, si compras esto, te sentirás mejor.
Vender no es tratar de decir qué es lo que necesita la otra persona sin transmitir una serie de mensajes que conecten con sus emociones, inquietudes, deseos, miedos, etc.
→ Se trata de crear un valor simbólico, es decir, un valor especial que haga creer al comprador, que lo que está a punto de adquirir «no tiene precio».
Utilizar algo tan aclamado como necesario para vivir en igualdad y armonía unos con otros, con el objetivo de hacer dinero, es algo bastante habital en la actualidad. Ya lo hizo en su día Bernays, quien logró que las mujeres compraran cigarrillos.
¡Las cifras fueron brutales! según datos, allá por los 60, cerca de un 33% de las muejres norteamericanas fumaba.
Edward Louis Bernays se había convertido en un puto genio, las cosas como son. Su estrategia había funcionado a la perfección, fumar era ahora un acto de reveldía de mujeres modernas y libres.
Esto fue tan solo el comienzo, la propagando se encargaría de hacer el resto.
No pretendo dar a entender que consumir y poseer determinadas cosas, sea inadecuado ni mucho menos. Todos somos consumidores de manera inevitable, al igual que todos adquirimos bienes materiales para mejorar nuestra calidad de vida.
Pero si lo piensas bien, una parte la sociedad se ha vuelto consumista. En ellos predomina el deseo por comprar cosas que no van a amortizar con el uso, o directamente dejarán en un lugar para su olvido. Comprar por comprar sin entender el valor de lo que se adquiere, eso es el verdadero acto egoísta del consumismo, y mediante el cual, el ser se vuelve materialista.
Por otro lado, el valor de ciertos comportamientos humanos ha sido totalmente manipulado, como es el caso de fumar. El hombre fue la primera víctima de creer que fumar cigarrillos les hacía ser más libre y poderoso, luego, fue la mujer con la excusa de no quedar en desigualdad.
Y así ha sido con muchas otras cosas, donde la propaganda ha conseguido que gran parte de la población, se dedique a consumir una serie de productos concretos, cuyos beneficios reales no existen.
Una de los casos que más me llaman la atención, es la propaganda y la manipulación del desayuno, la supuesta comida más importante del día.
Así que he decidido dedicar un breve post a La Gran Mentira del Desayuno, donde muestro mi experiencia ante este hábito creado por empresas e impuesto por la sociedad irracional que un día creyó imprescindible.
→ El objetivo final de toda campaña propagandística, es la creación de hábitos en las personas.
Cuando olvidamos nuestras necesidades reales y comenzamos a satisfacer nuestros deseos, así como a tapar nuestras carencias e inseguridades mediante cosas materiales, enotnces nos volvemos materialistas.
El deseo por la satisfacción temporal de comprar cosas materiales unítiles, dice mucho del poco respeto con el que tratamos a nuestro dinero. Dado que la sensación de felicidad es temporal, el impulso por repetir la acción es imparable.
→ Como si de una droga se tratara, y cuya enfermedad fuese una simple adicción.
Cualquiera podría pensar que el problema surge de la codicia, el inconformismo y la ambición por querer más y más. ¡PUES NOOO!
Hay distintos ámbitos en la vida donde una persona puede hacer uso de estas cualidades y obtener grandes resultados tanto a nivel personal como profesional. No obstante, para el tema en concreto que se está tratando, sí forma parte del problema, donde el factor clave, es la debilidad mental y la falta de inteligencia emocional.
Si el ansia por ser y tener más en la vida, se basa solo en comprar de manera excesiva productos como por ejemplo ropa o calzado con el fin de ir siempre a la moda, o tecnología con el objetivo de estar siempre a la última, no estarás creando riqueza a nivel personal, ya que tu ser, está definido por lo que posees y no por lo que haces y aportas a la sociedad en la que vives.
→ Personas que no crean riqueza, personas que con frecuencia viven en la pobreza.
¿Te vas a dejar manipular, o por el contrario piensas establecer un control emocional y evitar cualquier tipo de comportamiento irracional?
Hay una frase de Steve Jobs muy famosa que dice así: “Si tú no trabajas por tus sueños, alguien te contratará para que trabajes por los suyos”. Lo mismo ocurre con el dinero…
→ Si tú no creas riqueza con tu dinero, alguien buscará el modo crearla para él.
A partir de minuto 25 del documental: El siglo del yo parte 1, se pone en duda los posibles beneficios de una democracia «controlada» por el descontrol de las emociones.
Freud sentía haber descubierto el lado más oscuro del ser humano, y creyó haber subestimado el poder de su instinto animal, cosa que le aterraba.
Dar poder a las masas, podría traer graves consecuencias. Los principios fundamentales de la democracia eran cuestionados y podían estar equivocados.
Si era cierto que las masas se dejaban llevar por las emociones y su control estaba bajo los impulsos irracionales del inconsciente, el uso de la razón no tenía lugar en sus decisiones, por tanto, la democracia tenía que ser replanteada seriamente.
La democracia deja el poder en manos de miles de millones de personas irracionales. El mecanismo que la hace funcionar no es humano, sino animal.
Y así es cómo comienzan a surgir las élites que tratarían de hacerse con el rebaño descarriado.
Herbert Clark Hoover fue el primer presidente de los Estado Unidos en defender estas ideas que abría las puertas al consumismo de la sociedad estadounidense.
“Habéis asumido la responsabilidad de crear deseo y de transformar a la gente en máquinas de felicidad en constante movimiento.” “Máquinas que serán la clave para el progreso económico”. Decía Clark Hoover, quien pretendía utilizar el consumismo como motor de producción y crecimiento económico. Finalmente, sus planes no saldrían como él esperaba.
Su mandato (desde 1929 a 1933), estuvo marcado por la grave crisis del 29, conocida como: Gran depresión.
La crisis se originó en los Estados Unidos a partir de la caída de la bolsa de Wall Street de 1929 (conocido como Martes Negro, aunque cinco días antes, el 24 de octubre, ya se había producido el Jueves Negro), y rápidamente se extendió a casi todos los países del mundo.
El deseo por obtener una gran fortuna en poco tiempo, movilizó a todo tipo de personas a comprar acciones. El valor de estas se elevó a niveles inimaginables, pero la especulación se encargaría de poner fin a la ilusión de todos los que habían invertido en la bolsa, llevándoles a perder todo el dinero invertido en ella.
El brutal desplome del mercado, condujo a una crisis que pondría fin al auge del consumismo. La falta de dinero, obligaba a las personas a dejar de comprar cosas que en realidad no necesitaban, el deseo de los ciudadanos estadounidense, era ahora el de ahorrar y no malgastar dinero de manera estúpida, lo que dejaban totalmente fuera de juego las prácticas del consumo irracional. La crisis económica les hizo reconsiderar el valor del dinero.
Voy a ir poniendo fin a esta breve historia sobre el origen del consumismo y el materialismo despidiendo a 2 de los 3 protagonistas como se merecen.
Vaya… partiendo del título de esta interesante artículo, y teniendo en cuenta sus protagonistas, cualquiera diría que fueron culpables de muchos males de nuestra sociedad a lo largo de la historia. Pero, joder… qué manía con querer ver siempre el lado malo.
Además, los tiempos han cambiado, y aunque todavía hay claros sintomas del gen egoísta de la persona consumista y materialista, así como el control y la manipulación de las masas, en la actualidad hay cada vez más personas conciencidas de ello y luchan en favor de la libertad y la sostenibilidad del medio ambiente, frente a la propaganda de quienes les importa todo una mierda excepto el dinero.
Hay muchas cosas interesantes sobre él a lo largo de su vida, te invito a que busques curiosidades sobre Sigmund Freud tal cual, en Internet.
Tanto Freud como Edward, han sido dos grandes genios en sus respectivas materias, y aunque no todas sus aportaciones han sido empleadas con la mejor intención para una parte de la sociedad estadounidense, las ovejas seguirán siendo ovejas, venga o no el lobo.
Si esperabas encontrar al verdadero culpable de todo esto, que sepas que es la propia víctima, por su ignorancia.
→ Si te toman el pelo por tonto, el problema recaerá sobre ti, por tanto, en ti mismo está la solución. FIN