Como decía Joseph Goebbels, «una mentira repetida miles de veces se convierte en realidad». Te levantas por la mañana temprano y no tienes hambre ¿Qué haces? desayunar ¿por qué? porque me han dicho en la tele que es necesario, y que además, el desayuno es la comida más importante del día.
Es curioso, que quienes predican la importancia del desayuno, son los mismos que dicen que luego por la noche hay que cenar poco.
Cuando te acostumbras a hacer algo una y otra vez, terminas haciéndolo de forma automática y ni te enteras. De este modo, con hambre o sin ella en el cuerpo, te preparas un rico desayuno para empezar el día con energía, como si al levantarnos de la cama perdiésemos toda la del día anterior por arte de magia.
Si eres de los que cena poco o nada, al día siguiente como es lógico, vas a zamparte un buen desayuno. Sin embargo, si has cenado mucho la noche anterior, posiblemente el desayuno no sea bienvenido. Así que, ¿para qué comer si no te apetece?
Hábitos de sueño, hábitos alimenticios, de ejercicio, de estudios, etc. El ser humano tiene la capacidad para adaptarse a todo, eso sí, qué dificil es hacerse con nuevos hábitos y qué fácil es perderlos…
Pasas unos 5 o 6 días acostándote tarde y acabas aguantando las noches con facilidad. Cambias el horario de sueño nuevamente y te acostumbras en pocos días a levantarte temprano. ¡Y qué decir del hábito de una buena siesta!, terminas de comer y zzZZ automático.
Podemos hacer miles de cosas incluso sin quererlas ni necesitarlas, pero si algo no es posible, es dormir sin sueño, sí es posible en cambio, comer sin tener hambre, cuando en muchas ocasiones merece más la pena esperar.
Qué buen hábito este de practicar deporte por la mañana, te levantas tempranito, desayu… jajajaja, te tomas un vaso de agua con limón y miel ¡¡Y A ENTRENAR!!
A menudo me gusta salir a correr por la playa, y según me dé la picá, voy por la mañana o por la tarde-noche. El caso es, que cuando me levantaba por la mañana y desayunaba antes de ir a correr, sería pesadez en el estómago, me fatigaba con facilidad y al final rendía menos.
Así que decidí no comer nada, pero sí tomar algo antes de salir. De esta forma, si bien me tomaba un colacao o un zumo con unas tostadas, galletas, bollería o frutas (según lo que tuviese ganas) pues dejaba de comer alimentos sólidos y consumía solo algo de beber.
Esto no dio muy buenos resultados, ya que sentía igualmente fatiguilla en el cuerpo.
Un día consultando en Internet el problema de la mucosidad, leí en diferentes artículos que la leche podía provocarla. Teniendo en cuenta mi afectación por alergias y la mucosidad, decidí hacer la prueba, ¡nada de beber leche durante un mes! (aunque sí ingería otro tipo de lácteos, pero con menor frecuencia).
El sustituto fue el agua con limón y miel, ya que era muy recomendado para combatir la mucosidad, limpiar el organismo, sus propiedades y beneficios para la salud y todo eso.
Me levanté un día por la mañana, me preparé mi nuevo y simple desayuno, fui a la playa a correr y todo de puta madre. Era un “desayuno” ligero, me aportaba calorías y no daba lugar a sensación de fatiga. Me parecía lo ideal, mejor que desayunar o directamente no tomar nada, eso sí, de sabor estaba asqueroso, pero, ya sabes, el cuerpo se acostumbra a todo…
¡Por cierto! resultó ser cierto, la leche me provocaba mucosidad, pero a veces me da igual, si un día se me apetece tomar leche, lo hago y listo.
¿Y el desayuno pa’ cuando?
¡Ah! es verdad, el desayuno… ¡Pues al llegar a casa! Uff que hambre te entra después de hacer ejercicio, estar bajo el solazo y hacer el camino de vuelta. ¡¡AHORA SÍ JODER!! ¡¡A DESAYUNAR!!
A media mañana, con hambre en el cuerpo, nada mejor que comer para reponer fuerzas.
¿Por qué cenar poco, desayunar al levantarse temprano y luego otra vez a media mañana? Esto está totalmente ligado a la vida laboral mañanera de una gran parte de nuestra sociedad, nos obstante, estamos habituados a consumir determinados alimentos únicamente durante el desayuno, es el caso de los cereales. Es cierto, puedes tomar cereales cuando te dé la gana, pero si lo piensas, la mayoría de las personas toman ciertos alimentos en horarios y comidas concretas. Aquí es donde entra en juego la propaganda y la manipulación de los fabricantes.
→ Si les decimos en repetidas ocasiones, que el desayuno es la comida más importante del día, se lo creerán. Si además les decimos qué alimentos son los mejores para el desayuno perfecto, también.
Sinceramente… un 10/10 este artículo sobre Will Keith Kellogg y las mentiras de la industria para hacer una fortuna vendiendo productos del montón.
En cuanto al desayuno ideal, quizás la respuesta sea las más tonta y simple: el que mejor le siente a tu cuerpo para afrontar el día a tope.
Supongo que no hay cosa más saludable que dormir cuando uno tiene sueño, comer cuando uno tiene hambre… ¡¡y así con todo!! Al fin de al cabo, tu cuerpo sabe mejor que nadie lo que necesitas.