En este post toca hablar sobre el FRAUDE -en mayúsculas por supuesto-, que supone el sistema bancario de reserva fraccionaria cuando se abusa de su política monetaria.
Grandes economistas han defendido desde el siglo pasado la existencia de una banca libre, frente a la actual banca central y su sistema monetario, el cual ha causado grandes daños a la economía de más de medio mundo a lo largo de los años. Para entender los peligros del sistema bancario de reserva fraccionaria, basta con hablar de deuda e inflación, dos fenómenos que acostumbran a arrebatar los bienes de las personas y devaluar el dinero que poseen. Nada bueno…
Antes de continuar, un inciso, es importante también mencionar lo del patrón oro.
El dinero fue creado como moneda de cambio y así facilitar y mejorar el comercio. Quienes sabían trabajar el oro, crearon monedas con él, así, el oro que ya de por sí tenía valor en la sociedad, era una garantía que respaldaba, por tanto, el valor del dinero.
En función del peso y de su pureza se podía determinar su valor. Gracias al oro se pudo estandarizar la moneda de cambio que jugaba el papel del dinero.
Como la gente no iba a ir con el oro en los bolsillos, y sentía además la necesidad de guardarlo de forma segura en algún lugar para que nadie se lo robara, surgen los bancos. En los bancos la gente podía almacenar su oro, joyas y piedras preciosas. A cambio, recibía papel que certificaban que disponían de esos recursos en el banco.
Pues bien, la gente comenzó a hacer uso de esos certificados que no eran más que trozos de papel (billetes, para que nos entendamos), aunque esos billetes eran intercambiables por oro en los bancos. Sin embargo, a la gente ya pareció importarle poco el oro que tenía almacenado, ya que con los billetes podía comerciar con todo tipo de cosas, y además eran más cómodos de llevar. Con ese dinero podían pagar todo tipo productos y servicios, ya el oro se había vuelto innecesario como moneda de cambio en la sociedad.
Los banqueros, al ver que el oro permanecía muertos de risa en sus bancos, decidieron sacar billetes de la nada, total, si alguien les preguntaba de donde salían, decían que había más oro almacenado y listo, (un plan sin fisuras). Como ellos eran los únicos que conocían la cantidad de oro almacenada, se podían permitir el lujo de inventarse el dinero sin que nadie se enterara de lo que estaban haciendo.
De esta forma se iniciaba la rotura del patrón oro, y al emitir billetes en forma de prestamos a otras personas que deseaban recibir dinero prestado, comenzaron a circular más billetes que nunca, lo que conducía a la pérdida del valor del dinero en papel. Ahora bien, si todos acudían al banco enfadados dispuestos a sacar su oro, muchos no recibirían nada, ya que no existía suficiente para todo el papel dinero que se había creado, un fraude en toda regla donde el dinero no tenía ningún tipo de respaldo, como es el valor del oro u otros metales.
En lugar de prohibirse esta práctica por parte de los banqueros, se decidió que se iba a regular, poniendo límite al dinero fraccionado que se podía imprimir en papel en función del oro disponible, con lo cual, todavía el dinero mantenía una mínima relación con respecto a las reservas de oro.
El motivo por el cual se permitió esto, era para poder financiar infinidad de cosas, y acelerar la creación de riqueza. Obviamente, para ello hacía falta mucho dinero, ya que la gente no trabajaba gratis. El dinero siempre ha supuesto una gran motivación a la hora de ponerse manos a la obra, hay cosas que no cambian.
A pesar de que muchos pensaron que lo correcto hubiera sido que esta práctica fuese temporal, la realidad es que continua a día de hoy, y la cosa cada vez va a peor.
En la actualidad ya no existe relación alguna con el patrón oro, y el es creado directamente como deuda cada vez que alguien pide un préstamo o un crédito bancario, sin embargo, hay establecidos unos requerimientos.
«El banco central es una ESTAFA», así lo explica Javier Milei:
La banca central controla la política monetaria y administra las reservas del país. Regula la oferta monetaria y supervisa el sistema financiero compuesto por las otras entidades bancarias, que tienen autoridad para crear dinero con cada crédito y préstamo bancario ofrecido a particulares y empresas. Este dinero no es otra cosa que deuda para los prestatarios, ya que deberán devolver el dinero prestado más la tasa de interés acordada.
«Dame control sobre el dinero de una nación, y dejará de preocuparme quién hace las leyes»
El sistema bancario de reserva fraccionaria se creó allá por el año 1668, con la idea de que los depósitos de dinero crecieran y, con ello, poder estimular la economía a través de préstamos bancarios. Así pues, los bancos se permiten el lujo de utilizar los recursos disponibles, es decir, el dinero de los ahorradores para fomentar el gasto y la inversión, y todo esto sin nuestro consentimiento, claro está.
Entonces, cuando alguien deposita dinero en un banco, deja de tener un control real sobre él. Sin embargo, siempre que acceda a su cuenta bancaria, tendrá acceso a ver su saldo actual y las distintas transacciones realizadas, pero la cifra que aparece en representación del dinero actualmente disponible, no tiene por qué ser del todo cierta. La entidad financiera habrá prestado dinero a otros clientes y habrá realizado distintas operaciones con los fondos almacenados -los depósitos-, de modo que si todo el mundo estuviese interesado en sacar su dinero al mismo tiempo (a esto se le conoce como corrida bancaria), obviamente no sería posible, ya que NO dispondrán del dinero.
Como margen de seguridad se establece un coeficiente de caja, que es el % de los depósitos que deben mantenerse como reserva legal. El Banco Central Europeo llegó a aplicar un coeficiente de caja de tan solo un 1% en el 2012
Las entidades financieras le ofrecerán a sus clientes, una tasa de interés anual por depositar su dinero en el banco, ventajas por domiciliar la nómina y todo este tipo de cosas que obviamente les interesa con el fin de poder prestar y financiar multitud de proyectos y obtener grandes beneficios con la rentabilidad de las inversiones y la devolución de la deuda con el tipo de intereses acordado.
La parte negativa de todo esto, es que siempre se corre el riesgo de que las inversiones no salgan bien, que las personas endeudadas terminen en la quiebra total y la gente pierda sus ahorros.
(A partir del minuto 2:44)
La anterior escena pertenece a la película El concursante.
La recomiendo, es muy interesante.
En ella verás el papel que juegan los bancos emitiendo deuda y las trampas fiscales del estado, que establece impuestos por todo tipo de acciones y pertenencias. El impuesto sobre el patrimonio es junto al impuesto de donaciones y sucesiones, uno de los más injustos que existen.
El impuesto sobre el patrimonio obliga a las personas a pagar una pequeña parte del valor de sus bienes, que ya fueron costeadas y por las cuales se pagaron impuestos previamente. Un impuesto más para seguir saqueando a los contribuyentes, y que obliga a las personas a disponer de fuentes de ingresos suficientes para afrontar la “carga” o el robo fiscal que supone disponer de esos bienes.
Por otro lado, tenemos también en España el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles), un impuesto municipal que debes pagar cada año por el simple hecho de tener una propiedad.
La realidad en la que vivimos, es que cualquier cosa que hagamos o tengamos en la vida, es excusa para cobrar impuestos, y si alguien no está por la labor de cumplir las obligaciones fiscales, hacienda llamará a su puerta.
El endeudamiento y la inflación son malas prácticas que han originado grandes desastres en la economía de países de todo el mundo, y todo por la metodología monetaria de la banca central moderna.
Partiendo de que el dinero es deuda, y la deuda puede traer miserea, ¿cómo es posible que la gente siga creyendo que ser rico es cosa solo de dinero? La riqueza es mucho más que el simple hecho de tener dinero, por eso, solo se debe considerar rica a las personas que crean y mantienen niveles de riqueza, sin importar que esta sea mayor o menor.
Aún sin habernos recuperado de la crisis de 2008, entramos en otra nueva en pleno 2020, en esta ocasión, protagonizada por una pandemia vírica. La metodología sigue siendo la misma, endeudarse más y más con el fin de sostener el gasto público en lugar de recortar.
Políticas proteccionistas para mantener el gasto público del estado, política económica Keynesiana.
El siguiente vídeo es muy IMPORTANTE, ya es hora de que la gente despierte y asuma la realidad.
A los políticos en verdad les importa poco la deuda, ya que ellos no la pagan. Quienes sí afrontan el pago de la deuda son los trabajadores y las empresas a base de impuestazos como los que tenemos actualmente.
Esto supone mantener esclavizada a la población, que, a lo largo del año, equivale a trabajar prácticamente 6 meses para el estado, y el resto del año para pagar tus cosas y ahorrar lo poco que te quede a final de cada mes. Lo más curioso, es que la gente que, por lo general, se suele quejar de los empresarios capitalistas y tal de ser explotadores, luego apoyan las políticas que incrementan el gasto público y la deuda, es decir:
Obviamente se están equivocando gravemente, el problema es que estas personas tienden a interpretar que lo público es gratis, pero de eso nada, NADA ES GRATIS, ¡ACUÉRDATE!
La realidad, aunque a muchos les cueste asimilarla por la mala imagen que puedan tener de los empresarios, es la siguiente:
Modelo Keynesiano Vs modelo de la economía austriaca:
El modelo Keynesiano apuesta por la intervención de un estado que regule el mercado mediante políticas fiscales y la política monetaria actual de emisión de deuda para corregir los desequilibrios del sistema capitalista y el mercado.
Bajo la filosofía de Keynes, se explica que las crisis económicas se producen por un descenso de la demanda, ya que cuando la gente no consume ni tampoco invierte porque prefiere guardar el dinero y ahorrar, lo que hace que el dinero se mueva menos y la economía se frene y caiga.
Esto puede tener sentido, pero para que sea apreciable en la economía, prácticamente la mayoría nos tendríamos que poner a ahorrar casi al mismo tiempo.
Por otro lado, para afrontar gastos mayores de productos y servicios más caros disponibles en el mercado, o llegar a invertir dinero, antes hay que ahorrar. Sin embargo, Keynes considera por ello, beneficioso la emisión de deuda y acelerar el proceso.
El modelo de la economía austriaca busca la mayor libertad del mercado, dejando al margen las manos del estado, permitiendo así la plena y sana competencia en él. Además, cree en la autorregulación (de forma natural) del mercado en base a la oferta y la demanda, y que la deuda y el gasto público del estado generan inflación.
Hayek a diferencia de Keynes centra la explicación del origen de las crisis económicas con la emisión de deuda por parte de la banca, incitando a la gente a consumir e invertir fuera de sus posibilidades reales con la puesta en marcha de dinero a bajo precio. Finalmente, esos excesos originan desajustes en la economía y tienden a corregirse en las épocas de crisis. Y así es como caímos en la época de las vacas flacas tras la crisis de 2008
Mientras el modelo keynesiano permite al estado escoger en cierto modo el rumbo de la economía y la dirección en la que avanzar, el modelo económico austriaco parte de que el sector público es ineficiente, al mismo tiempo que el sector privado funciona mejor e innova más.
El estado gasta e invierte peor el dinero, porque no siente mayor responsabilidad sobre él. El dinero no es realmente de ellos, y cuando cada uno gasta o invierte su propio dinero, lo hace con mayor cuidado que si es con dinero de otro, donde no siente la misma responsabilidad, ya que él no es consciente del sudor y esfuerzo que ha costado conseguirlo.
Esta es la típica conversación que los padres tienen con sus hijos cuando empiezan a pedir más y más dinero para comprarse cosas o ir de fiesta. Cuando el bolsillo de papá y mamá empieza a vaciarse más de lo normal, entonces dicen: “¿pero tú que te crees, que el dinero crece en los árboles? Pues eso.
Más allá de que ambos modelos económicos tienen sus pros y sus contras, en función de la época y la situación que afronte un país, la conclusión sería:
En algunos momentos de la economía, quizás haya podido dar buenos resultado el modelo económico Keynesiano, aunque tal y como están las cosas hoy en España, lo mejor sin duda sería optar por un cambio, con el fin de reducir la deuda, el gasto público innecesario y liberalizar poco a poco el sector privado para incentivar de una vez la creación de empresas, la contratación, y permitir que más personas puedan acceder al mercado laboral y empezar a plantearse un proyecto de vida próspero, porque la gente lo que quiere es ganarse la vida, no vivir de las limosnas del estado, el mismo que esclaviza económicamente a la sociedad y ahoga al sector privado.
La titulitis trae consigo personas que creen ser inteligentes y con capacidad para hablar sobre temas que realmente no dominan en absoluto. En estos casos, se ignora que la inteligencia se mide en la capacidad para resolver problemas, y algunos acostumbran ha exponer sus ideas al margen de su razonamiento, creando confusión entre sus oyentes.
¿Alguna vez te has preguntado por qué las ideas libertarias no terminan de convencer a la sociedad? Pues tiene que ver, en parte, con la titulitis y el estatus o índice de popularidad de determinadas personas.
Hay una enorme cantidad de economistas por toda España, pero como todo en la vida, solo unos pocos son los que verdaderamente destacan por su intelecto. Veamos un ejemplo de economista NO intelectual y con un alto índice de popularidad en España: Marta Flich.
- Vídeo 1:
- Vídeo 2:
Marta Flich, licenciada en economía, es una de tantas personas que, disfrutando de gran popularidad y presencia en televisión, aprovecha para promover su discurso infecto de demagogia y manipulación, el cual, para colmo, parece tener buena acogida entre su público.
Y entre tantos ignorantes con fama en el vendido mundo del periodismo o la industria cinematográfica entre otras, las ideas estatistas, pro y amantes de lo público, fluyen bajo el pilar de la irracionalidad social de un país cada vez más bloqueado, endeudado y empobrecido, Y es que hay demasiadas personas interesadas en vivir a costa del dinero de los demás, y mantener las políticas populistas a toda costa.
En el siguiente capítulo, veremos como el estado se comporta como una auténtica mafia perfectamente organizada, y lo que empezó siendo una necesidad se ha convertido en el enemigo de nuestra libertad.