Socialismo ↔ (estatismo)

Este artículo bien podría llamarse estatismo, sin más, ya que la esencia de la doctrina socialista, así como de las corrientes ideológicas más radicales y totalitarias instauradas a lo largo de la historia, han sido siempre la máxima entrega de poder y control de la economía, los derechos y libertades nada más ni menos, que al estado.

Son muchas personas las que todavía creen en el socialismo como la solución a las injusticias y desigualdades sociales. Tan solo decir, que todo aquel que deposita su voto confianza en esta doctrina ideológica, desconoce qué es realmente el socialismo y lo que se oculta tras su falso buenísimo y su lucha en favor del “progreso”, de saberlo, huirían de él lo más lejos posible, como han hecho millones de personas a lo largo de la historia.

Qué es el socialismo y qué esconde detrás de su buenísimo ideológico:

Quien mejor para explicarnos qué es el socialismo dentro del ámbito económico político y empresarial que el profesor Jesús Huerta de Soto, doctorado en Ciencias Económicas y Empresariales, catedrático de Economía Política y autor de la obra Socialismo, Cálculo Económico y Función Empresarial y Dinero, Crédito Bancario y Ciclos Económicos, libro con el que contribuyó al desarrollo de la Teoría Austriaca del ciclo económico.

En la siguiente clase, se sigue el texto del libro Socialismo, Cálculo Económico y Función Empresarial, cuyo contenido tiene el propósito de explicar por qué el socialismo es a su juicio un error intelectual que había sido destruido teóricamente por varios intelectuales de la escuela austriaca —usando un paradigma subjetivista económico— décadas antes de la caída el bloque socialista en Europa del Este, y que la misma teoría puede aplicarse al presente Estado de bienestar.

El socialismo (al igual que todo el estatismo en general), es un fracaso ideológico:

El socialismo es un sistema violento, a pesar de que plantea una estructura de organización social ideal con fines de garantizar derechos y libertades al mismo tiempo que combatir la desigualdad y la injusticia social entre las diferentes clases existentes de la sociedad.

Se hace cargo de materias fundamentales como son la sanidad y la educación, así como gran parte de la industria y el sector empresarial mediante la expropiación de la propiedad privada

Su control absoluto sobre el marco fiscal con el que condicionar la actividad laboral y empresarial, terminan siendo un obstáculo permanente para el libre comercio, la iniciativa emprendedora y la creación de nuevos puestos de trabajo. Además, este sistema tiende a corromperse por su propia naturaleza. Todo aquel que ansíe el éxito al margen de la competencia y la demanda, tratará de buscar privilegios en el depravado ámbito de la política.

Por supuesto, disfruta del monopolio de la fuerza con el que combate a todo aquel que arremeta contra el estado. Un estado ILIMITADO, que se expande hasta hacerse incluso con el control de los  medios de comunicación, utilizando el poder mediático a su favor.

El socialismo provoca escasez de productos en el mercado al imponer su sistema de precios que atenta de manera directa contra la ley natural de la oferta y la demanda. La inestabilidad social es inevitable. La represión, el autoritarismo, la violación de derechos fundamentales y libertades individuales como la libertad de expresión o la propiedad privada, despiertan el descontento de una parte de la población. La revolución se hace notar y las calles se llenan de personas que luchan por dejar de ser esclavas del estado. Un estado que les somete a fuertes impuestos, al adoctrinamiento en las escuelas, a la desinformación y les despoja de sus pertenencias para dárselas a quienes no tienen, creando una sociedad sumisa, ignorante y débil. Una sociedad que asume que es mejor no esforzarse en la vida, porque cualquier recompensa estará siempre a expensas del estado todo poderoso que, en  nombre del bien común, osa redistribuir la riqueza a su antojo y beneficio.

Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado.

Benito Mussolini

político, militar y dictador italiano

El comunismo no ha sido el único modelo estructural que ha costado la vida de millones de personas en todo el mundo. Otras corrientes ideológicas de carácter totalitario, fueron el Fascismo de Benito Mussolini en Italia y el Nacionalsocialismo en Alemania durante el mandato de Adolf Hitler.

El Fascismo fue un movimiento en contra del liberalismo / libertarismo y todo el ideario marxista, repudiando así la socialdemocracia, el socialismo y el comunismo.

Durante la doctrina fascistas se llevó a cabo una estatización de todos los ámbitos de la vida: económica, social, política, cultural e ideológica. Una vez más, el poder quedaba concentrado en manos del estado.

Nada fuera de lo habitual en cuanto a la Alemania nazi, donde la industria alemana quedó subordinada al fanatismo de su gran líder por ganar la guerra. Así pues, la producción de armamento y carros de combate fueron el motor de la economía durante aquellos años. El capitalismo, la industria y la mano de obra, sometidos al poder e interés del estado y utilizados con fines belicistas.

Ah! y un dato importante a tener en muy en cuenta: Si no hay fondos suficientes para financiar todo lo deseado, se imprimirá el dinero que haga falta.

Capitalismo Vs Socialismo
Libertad Vs Estatismo

PERO… ¿¡CÓMO HEMOS LLEGADO A ESTO!?

Si ya las ideas Marxistas tuvieron un enorme impacto a lo largo del siglo pasado y, por desgracia, todavía algunos las siguen tomando como buenas, las ideas keynesianas concebidas en un momento de inestabilidad mundial, terminaron poniendo la guinda al pastel, o dicho de otro modo, la cruz al capitalismo como el sistema idóneo por si solo.

Un breve resumen al respecto:

La disputa entre las ideas sobre si el gobierno debe intervenir o no en los diferentes ámbitos de nuestras vidas, cómo y en qué medida hacerlo, origina debates interminables y cambios constantes en función de quienes se alcen con el poder político. Sin embargo, pese a que muchos cuestionan el funcionamiento del capitalismo y se autoproclaman anticapitalistas, esta tendencia al rechazo, por lo general, parte de la base del desconocimiento acerca de los principios básicos del capitalismo.

Capitalismo:

El capitalismo es la herramienta perfecta para la mejora y el desarrollo constante de la producción y la puesta en marcha de los bienes y servicios que la sociedad demanda. En el capitalismo manda el consumidor, porque de ellos, el capitalista obtiene su ganancia siempre y cuando ofrezca algo a cambio. Ningún trabajador o empresario recibe dinero a cambio de nada, el dinero funciona como medio de cambio. El precio que la gente esté dispuesto a pagar, es lo que determinan los costes que el empresario pueda afrontar durante su actividad.

El sistema capitalista está a los pies de la oferta y la demanda, y evolucionará en función de como lo haga el mercado. En el mercado intervenimos todos, y nuestras decisiones determinarán el éxito o el fracaso de todo aquello que entre en juego.

El capitalismo requiere de un mercado libre, donde cada uno pueda comercializar libremente y ante una competencia justa. Para los emprendedores e inversores, todo es incertidumbre a la hora de dar un paso al frente. El rumbo que la economía pueda tomar, depende de tantos factores que hacen imposible predecir lo que ocurrirá en un futuro. En definitiva, se rige bajo la espontaneidad social de un mundo globalizado donde quienes no arriesgan, no ganan.

En el modelo capitalista y de libre mercado hay lugar para todo aquel que aporte beneficios a la comunidad. Por supuesto, los que más valor aporten, se verán mejor recompensados. Es por ello que el capitalismo es el sistema más justo hasta ahora planteado, pretender redistribuir la riqueza atenta contra la naturaleza del libre mercado, la justicia económica y la meritocracia.

La superioridad del capitalismo es más que evidente.

El capitalismo es la máquina del bienestar y la prosperidad. Solo aquel que no entiende como funciona el mercado y el papel que juega el dinero, es suficientemente ignorante para autoproclamarse anti-capitalista.

Socialismo:

En el socialismo, el estado toma las riendas de la economía imponiendo salarios mínimos injustos, controlando los precios, creando entramados burocráticos que dificulten la creación de nuevas empresas, instaurando tasas arancelarias e impuestos por cualquier actividad que  realicemos durante el día a día, y aplicando el proteccionismo en determinados sectores para aventajarles frente a la justa y sana competencia.

El socialismo va en contra el libre mercado, y el poder de la toma de decisiones que determinan hacia donde debe dirigirse la economía de todo un país, está principalmente en manos del estado.

El socialismo no cree en el individualismo ni en su libertad. En su defecto, apuesta por el colectivismo, de manera que pueda guiar a la sociedad en masa.

Los líderes socialista buscan el poder político haciendo uso del populismo, (como todo aquel que desee formar gobierno a cualquier precio), y con el fin de mantenerse en el poder, crearán su propia red clientelar. Venden la idea del progreso y el bienestar social mediante la lucha de clases en pro del obrero y la prestación de servicios públicos «gratuitos» que se financian con el dinero de los contribuyentes a través de los impuestos. Y en caso de no disponer del dinero necesario para afrontar el gasto público de todas sus promesas, acudirán a la banca. (El pago de la deuda siempre corre a cargo de todos los ciudadanos a excepción de los políticos).

El socialismo es como un gusano que trepa por un árbol que da fruto a todo tipo de productos, bienes y servicios. El gusano perfora y se introduce en el interior de todos los frutos que, al cabo de poco tiempo, se pudren y caen al suelo donde las personas los recogen en mal estado. Estas, al ver que el resultado no es bueno, terminan creyendo que hay que tirar el árbol porque no funciona. El árbol es el capitalismo.

 

"War we abhor, socialism does not work"

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